miércoles, 1 de mayo de 2013

La trata de personas es consustancial al capitalismo. Alberto B Ilieff



Nota
Este artículo lo terminé en el 2.008, no ha pasado demasiado tiempo y la situación no se ha modificado en lo sustancial.
Casi no han aparecido nuevas cifras, y las que se han publicado no tienen fuentes confiables, por lo que las que figuran en este trabajo pueden ser tomadas como actuales.
Lo que ha cambiado es la magnitud del negocio, Naciones Unidas y otros organismos internacionales alertan acerca de que la prostitución y por ende,  la trata de personas, aumentan notablemente en el mundo.
La profundísima crisis económica así como el avance de las ideas del capitalismo neoliberal que se hacen evidentes en la aplicación en gran parte del mundo de sus recetas, que aunque han demostrado sobradamente ser fallidas, continúan siendo aplicadas a rajatabla, el aumento de la violencia y paralelamente la falta de protección y valoración de la vida humana, son algunos de los elementos que confluyen para que se produzca este aumento.
Los gobiernos más allá de proyectos y comunicados, siguen mostrándose incapaces o cómplices con relación a esta temática.
Tampoco se hacen campañas para disuadir a los hombres de pagar por satisfacerse sexualmente en un cuerpo ajeno.
Por otro lado el proxenetismo se organiza a nivel empresarial y penetra en los gobiernos y organismos internacionales, en la mayoría de los casos bajo la fachada de asistencia en la lucha contra el HIV o mediante agrupaciones de mujeres en situación de prostitución que pretenden defender sus supuestos “derechos” a ser consideradas “trabajadoras”, recibiendo muchísimo dinero para hacer lobby.
Todo esto unido al panorama mundial, hace que el avance en la aplicación y alcance de los Derechos Humanos  se vean comprometidos de manera importante.
Alberto B Ilieff
Mayo 2013




La trata de personas es consustancial al capitalismo *

Por Alberto B. Ilieff

* Con regtro prop intelectual


Introducción


Este desarrollo parte de algunas preguntas que han surgido de la consideración de diversos documentos oficiales internacionales, y de una muy abundante información producida por organismos gubernamentales o por organizaciones no gubernamentales que incluso aparecen  publicados en los medios de comunicación masiva.

También parte de recordar que al año de dictada la Declaración de los Derechos Humanos, recopilando documentos anteriores, Naciones Unidas saca el Convenio contra la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena (1949) – ratificado por Argentina., lo cual nos está diciendo que ya desde comienzos del siglo pasado el tema era conocido y de tal importancia que ameritó la intervención de la ONU y fue objeto de uno de sus primeros planteos de derechos humanos.

Tomar nota de todo este material de acceso público me provocó, entre otras, las siguientes preguntas
¿cómo es que con tanta información los países no han comenzado a hacer lo necesario para llegar a una real abolición?
¿cómo es que de ser la trata de personas el tercer negocio ilegal internacional ha pasado al segundo lugar ?

Y relacionadas a estas preguntas comenzó a surgir la hipótesis de que quizá los estados no están ciegos a este delito sino que, por el contrario, lo conocen perfectamente, lo manejan y/o facilitan porque les resulta funcional.
De esta hipótesis se desprendieron estas otras cuestiones:

¿qué sucede con las enormes ganancias obtenidas por los tratantes y explotadores?
¿cuál es la relación existente entre el sistema de trata de personas y la explotación consecuente con el capitalismo?

Estas líneas no pretenden contestar, ni siquiera hacer un análisis más o menos acabado, a lo sumo buscan dejar sentada una base desde donde pensar la trata de personas y por ende, la explotación, como un elemento constitutivo de nuestro actual sistema social.



                 

I
CIFRAS GENERALES

El poner aquí estos datos tiene como única finalidad hacer nota, en primer lugar,  la magnitud de la trata de personas y, en segundo lugar, resaltar que estas cantidades hacen palpable que los gobiernos, las oficinas de información de los estados,  las policías del mundo, no podían dejar de conocer estos hechos.
Una vez más señalo que todos estos datos han sido publicados en medios de difusión masiva.

Debido a su naturaleza clandestina y a la falta de consenso en la definición y comprensión de este fenómeno, resulta sumamente difícil establecer con precisión cifras o estadísticas, dándose el caso que algunas de ellas difieren notablemente según la entidad que las haya calculado o la metodología usada. No obstante, la ONU estima que anualmente son tratados 4 millones de adultos y 2 millones de niñas y niños.
De los 32 mil millones de dólares que origina, el 85  % corresponde a la explotación sexual.
Actualmente se considera que  la trata de personas constituye el segundo negocio ilegal del mundo, siendo primero el tráfico de armas y pasando a tercer lugar el tráfico de drogas. Perspectivas de Naciones Unidas llegan a decir que posiblemente para el 2010 la trata de personas pueda estar a la cabeza de los delitos más redituables del mundo.

Según la Organización Internacional del Trabajo ( OIT ) , 12.3 millones de personas están siendo actualmente esclavizadas.
Las víctimas provienen de los países subdesarrollados, ya sea porque son captados en los mismos, o durante su migración hacia el primer mundo, o una vez en este.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que mundialmente  cada año aproximadamente un millón de hombres, mujeres, niños y niñas son engañados, vendidos, coaccionados o sometidos a condiciones semejantes a la esclavitud bajo distintas formas y en diversos sectores: construcción, maquila, agricultura, servicio doméstico, prostitución, pornografía, turismo sexual, matrimonios serviles, niños soldados, tráfico de órganos, venta de niños, entre otros, siendo las mujeres, las niñas y los niños el sector más vulnerable.

De acuerdo con el Informe Anual sobre Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos, anualmente entre 600 mil y 800 mil personas cruzan las fronteras internacionales como víctimas de trata; de esta cifra el 80 por ciento son mujeres y niñas y el 50 por ciento son personas menores de edad.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el total estimado de personas sometidas a trabajos forzados como consecuencia de la trata  es de 2.450.000. De estas  cerca  del 56 %  son mujeres y niñas y el 44 % restante son hombres y niños.

En 2003,  400 mil personas fueron compradas en países de Europa Oriental para ser explotadas en la sexualidad paga,  la agricultura o el procesamiento de alimentos.

En el caso de trata con fines sexuales la abrumadora mayoría del 98 %  son mujeres y niñas.
En España se contabilizan 1.337 esclavos sexuales y 681 casos  denunciados de esclavos laborales. En este sentido, los inmigrantes son los primeros damnificados.

La desintegración de la antigua Unión Soviética seguida de una grave  inestabilidad social  que fue más notoria en sus aspectos políticos  y económicos, ha  dado origen  a un importante aumento de trata de mujeres provenientes de Europa Central y Oriental. La OIM estima que anualmente alrededor de 500 mil  mujeres son sometidas mediante trata en los mercados de prostitución locales europeos. Igualmente entre 2.500 y 3 mil mujeres de estas regiones son explotadas en Israel.

Algunos países de la ex Yugoslavia se han convertido en destinos de la trata de persona así como  centros de operaciones y tránsito de mujeres y niñas de Europa central y oriental. Kosovo es uno de los ejemplos más alarmantes: actualmente, de acuerdo con estimaciones de la OIM, cerca de 300 mil mujeres víctimas de trata en la Unión Europea, son de ese origen o han transitado por los Balcanes.

Se ha confirmado  el aumento en el número de mujeres sudafricanas víctimas de prostitución en distintos países del Este de Asia, así como mujeres provenientes de China, Tailandia o Rusia explotadas en Sudáfrica.

La trata de niñas y niños africanos también ha cobrado dimensiones importantes. UNICEF estima que 32 % del total de las personas menores de edad explotadas en el mundo son africanas. Tanto dentro del continente como fuera de él, alrededor de 16 millones de niñas y niños son sometidos a trabajos forzados, venta, mendicidad, prostitución y pornografía; también son vendidos o forzados a ser soldados o esclavos de grupos militares. En este último aspecto se estima que cerca de 300 mil personas menores de edad están vinculadas con grupos armados, de los cuales el 40 % son niñas.

Cerca de un tercio del total del flujo de la trata lo ocupan los países asiáticos. Hong Kong,  es primeramente una zona de tránsito hacia China u otros puntos de la región y también es un importante centro receptor, pues se estima que cada año aproximadamente 20 mil mujeres y niñas son tratadas con fines de explotación sexual.

Cifras similares existen en los que han sido reconocidos como los cuatro centros principales de la explotación sexual de la región: Japón, Corea del Sur, Taiwán y Malasia. Tan sólo en este último país se calcula que hay entre 43 mil y 142 mil víctimas de trata. Destaca igualmente esta región por la trata de mujeres vietnamitas de entre 15 y 45 años para matrimonios serviles en China.

Medio Oriente, Líbano, Arabia Saudita, Bahrein, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos son reconocidos como puntos de tránsito y destino para la trata de mujeres provenientes de Asia, África y las ex republicas soviéticas. Debe subrayarse la trata de niños de Bangladesh, India y Pakistán que se comercian como jinetes en las carreras de camellos de Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

Los niños y bebés tratados suman cerca de 90 millones,  con fines de explotación sexual (prostitución, pornografía o matrimonios forzosos), adopción ilegal, tráfico de drogas, utilización  para pedir limosna, para cometer delitos menores, para realizar trabajos forzosos en condición de esclavitud y para la extirpación de órganos.
Según datos de UNICEF más de 12 millones de niños en el mundo entero son prostituidos por estas mafias.  Por cada menor explotado sexualmente, se puede obtener 13.000 dólares mensuales o alrededor de 130.000 por año.

América Latina
En América Latina se calcula que entre 700 mil y 2 millones de personas son víctimas de trata por año, la que es motivada por demanda interna  e internacional.

Los centros mas activos de captación están localizados principalmente en Brasil, Surinam, Colombia, Chile, Uruguay, Perú, República Dominicana y las Antillas, y más recientemente en México, Argentina, Ecuador y Perú.
Las regiones de América Central y el Caribe experimentan un creciente tráfico y trata de mujeres, niñas y niños para explotación sexual.
Desde estos países son llevadas hacia los centros de distribución ubicados en países ricos como Estados Unidos y del hemisferio norte, principalmente Europa (España, Grecia, Alemania, Bélgica y Holanda), medio oriente (Israel) y Asia (Japón).

Se estima que anualmente, cerca de 100 mil mujeres y adolescentes provenientes de estos países son conducidas con engaños y falsas promesas de empleo a Estados Unidos, España, Holanda, Alemania, Bélgica, Israel, Japón y otros países asiáticos.

Según cifras de la Dirección General de la Guardia Civil española alrededor del 70 % de las víctimas de trata  en ese país son mujeres provenientes de América Latina.

En Japón, cada año por lo menos  1.700 mujeres de Latinoamérica y el Caribe son tratadas como esclavas sexuales; incluso, otros estudios mencionan que alrededor de 3.000 mujeres mexicanas ejercen la prostitución en ese país luego de ser reclutadas por redes de tratantes.

Otra modalidad que se ha venido evidenciando en la región es la adopción de mujeres y niñas. En 1991, cerca de 1.000 peruanas fueron llevadas a Holanda mediante mecanismos de adopción simulada. La víctima entra legalmente al país, pero su “padre” la somete a condiciones de trabajo abusivas o a explotación sexual.

Estas mafias se aprovechan de la vulnerabilidad femenina y la pésima situación económica que viven estas mujeres en sus respectivos países. Entre los países más afectados de Latinoamérica se encuentran Colombia y la República Dominicana: entre 50 mil dominicanas y 70 mil colombianas son explotadas por  las redes de Estados Unidos, Europa, Asia y Japón.

 Chile se presentó en 2006 y 2007 como país de destino para un 40% de mujeres argentinas, 37% mujeres uruguayas, 25% de peruanas, 24% de colombianas, 18% venezolanas, 15% de chinas y un 12% de dominicanas, brasileñas y ecuatorianas. 


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Argentina es parte de un circuito internacional del crimen organizado. Se traen mujeres  paraguayas, y son llevadas argentinas a Chile, Bolivia, Colombia, España
Hay  rutas internas en la trata  de mujeres y niñas destinadas a la prostitución. Salta, Jujuy, Chaco, Catamarca y sobre todo Misiones, son los principales proveedores de menores para la prostitución. Son las provincias donde se captan y reclutan con más facilidad niños y jóvenes, a los que se lleva a diferentes puntos del país.
Las rutas más conocidas son: de Misiones a Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y al sur del país; de Tucumán a La Rioja, de Chaco y Santa Fe  a Córdoba, de todo el noroeste a Chubut.

España
España identifica a más de 18.000 mujeres extranjeras víctimas de trata por año, lo que se supone es sólo la punta de una cifra negra mucho mayor.

Se contabilizan 1.337 esclavos sexuales y 681 casos  denunciados de esclavos laborales. En este sentido, los inmigrantes son los primeros damnificados.

Brasil, Colombia, República Dominicana y  Paraguay  son los países de donde han salido la mayoría de las mujeres víctimas de estas mafias. Un 60% de las mujeres que llegan a España por la trata son latinoamericanas.
Sus historias personales se repiten. Son mujeres pobres, que en sus países subsisten sin recursos económicos y sin oportunidades laborales, y, por lo general, suelen tener hijos y familiares a su cargo.

La mayoría, un 72%, fueron captadas en sus países de origen por personas cercanas, incluso de su entorno familiar o de su círculo de amigos.
Algunas saben que vienen a España a ejercer la prostitución, pero la mayoría, un 65,7%, pensaban que trabajarían en el servicio doméstico o en la hostelería.

Según las estimaciones de la Federación de Mujeres Progresistas, en un club-burdel, que suelen tener una media de 20 mujeres en prostitución, el dueño puede obtener unos ingresos medios de 1.900 euros al día, suponiendo que las mujeres realicen 5,5 pases por día y que el club se quede con el 40% de sus ingresos.


Si nos referimos muy brevemente a la esclavitud laboral  las cifras son también contundentes.

Entre 100 mil y 130 mil personas son victimas de la trata internacional solo en la Republica Argentina, de ellos la mayoría son bolivianos, cuyo destino laboral son las quintas de producción de hortalizas, los cortaderos de ladrillos, los talleres ilegales de costura y las obras en construcción

El  la provincia de Buenos Aires, descubrieron en un establecimiento avícola, de producción de huevos, a decenas de bolivianos reducidos a esclavitud, los niños desde los cuatro años tenían que trabajar desde las seis de la mañana y cumplir su cuota de recolección de huevos para dejarlos ir a la escuela, a los varones les imponían pesadas tareas que solo podían cumplirse con el concurso de sus esposas e hijas, quienes no cobraban nada; los obligaban a cocinar con los pollos que se morían de enfermedades o aplastados y no podían salir del establecimiento por que habían electrificado la alambrada perimetral. Las jornadas de trabajo superaban las catorce horas por día, trabajo en negro sin ninguna cobertura para la salud ni de la previsión social. Los patrones y capataces hacían  de médicos y les suministraban aspirinas para cualquier enfermedad. Trato despótico y poca paga. Hacinados en cuartuchos miserables y sin muebles sufrían los rigores del clima.

Se estima que en la Ciudad de Buenos Aires existen al menos unos 5.000 talleres clandestinos, en los que trabajan entre 25 mil y  30 mil costureros en situación de esclavitud. Una cifra imprecisa supuesta en miles  es la referida a quienes son  explotados en las quintas de verduras.
Estos trabajadores se hallan en situación de extrema vulnerabilidad, explotación de inmigrantes indocumentados, jornadas de trabajo extensas, bajos o nulos salarios, hacinamiento, ausencia de condiciones mínimas de seguridad e higiene, niños y niñas encerrados, lo que puede incluir personas  tratadas.

En los últimos años fueron denunciadas Adidas, Puma, Lacoste, Nike, Soho, entre otras 85 marcas

“…la esclavitud contemporánea de los bolivianos en la argentina se basa en la necesidad, en la desesperada necesidad de subsistir, en no desandar ese camino recorrido lleno de fe y esperanza, es un camino sin retorno que tiene nuestra gente, que no pueden ni quieren volver, porque aún en las peores condiciones de trabajo que tengan que soportar en la Argentina, están mejor que lo que estaban en Bolivia. “
Córdoba, Argentina, 17 de abril de 2008. Pte. del Centro de Residentes Bolivianos de Córdoba

En Tucumán el 10 % de los trabajadores en el campo son menores de edad, más de 4 mil niños.  En las plantaciones tabacaleras y de la frutilla  trabajan unos más de mil  chicos, son  actividades con el nivel más alto de explotación infantil, por tratarse de obreros extranjeros -bolivianos- y de otras provincias.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)  ha dado a conocer que familias indígenas  guaraníes  en el Chaco boliviano se hallan en una situación de servidumbre análoga a la esclavitud. En esta condición están personas de todas las edades, incluyendo niños y ancianos.  Son sometidos bajo amenaza de castigos corporales,  se les paga en especie o con unas monedas, los hacendados les venden los productos básicos, lo que hace que se endeuden pudiendo llegar a convertirse en vitalicio e incluso ser heredado.

La esclavitud laboral es la continuidad de la explotación laboral, se hala inscripta en el mismo régimen.
Como ejemplo:
En febrero del 2008 se lanzó la campaña internacional Juega Limpio la que denuncia la explotación laboral de la que son víctimas las trabajadora/es de las principales marcas deportivas en el mundo, como Nike, Adidas, Asics, New Balance y Puma.
En estas empresas que “…gastan millones en el patrocinio olímpico y deportivo, siguen trabajando un número excesivo de horas y reciben salarios miserables”

Ejemplo de ello es que en 2007 las y los trabajadores que hacían gorras para Nike cobraran 66 centavos de dólar por hora en República Dominicana y 25 centavos en Bangladesh, mientras que en ese mismo año esta marca deportiva informó que obtuvo ingresos de casi mil 500 millones de dólares.

De igual forma, señala que en la fábrica china de Joyful Long, que abastece a Adidas, Nike, Umbro y Fila, las horas extraordinarias pueden llegar a alcanzar las 232 mensuales, mientras que los salarios medios representan casi la mitad del mínimo legal.


Es muy ilustrativa la  noticia que fue publicada el día 15 de mayo pasado el diario Página 12 muestra la íntima conexión existente entre estratos gubernamentales, capitales, explotación, y la facilitación a estos. El periódico informó que el Juez federal  Norberto Oyarbide, en una causa por talleres clandestinos, sobreseyó a tres directivos de Soho, acusados de contratar talleres de costura donde se empleaban inmigrantes indocumentados, en condiciones de máxima precarización laboral.
El juez argumentó que ese sistema de explotación sería herencia de “pautas culturales de pueblos originarios del Altiplano boliviano, de donde proviene la mayoría” de los talleristas y costureros, y que se trata de “un grupo humano que convive como un ayllu o comunidad familiar extensa originaria de aquella región, que funciona como una especie de cooperativa”. Este argumento ya había sido utilizado la Sala II de la Cámara Federal porteña. Los camaristas Martín Irurzun y Horacio Cattani, hicieron alusión a la supuesta tradición cultural de los pueblos originarios y al ayllu, una organización comunitaria del pueblo aymara.
El cónsul general de Bolivia declaró  “Basar una sentencia en ese argumento es patético”, y opinó que el juez “debió haberse informado sobre la naturaleza de las costumbres ancestrales, que nada tienen que ver con los tristes sistemas de esclavitud” que rigen en estos talleres clandestinos.
De acuerdo con las definiciones académicas, el ayllu era una forma de comunidad familiar ampliada que trabajaba en forma colectiva en un territorio de propiedad común,  todos obtenían el mismo beneficio y a lo sumo tributaban una parte de su producción al Estado incaico. No existían prácticas discriminatorias ni la posibilidad de acumulación individual, todo lo contrario a los sistemas  de explotación  en los talleres clandestinos de Buenos Aires.
El cónsul  explicó que el ayllu es un sistema de organización comunitaria de los pueblos aimaras, “basado en la solidaridad”. “Esto no tiene nada que ver con un sistema donde un grupo trabaja para un patrón que lo somete, doce horas por día, a destajo, un triste sistema de esclavitud”,
Si el ayllu es la organización social, la comunidad familiar, el trabajo en esa comunidad se denomina ayni. “Es el trabajo colectivo en beneficio de algunos de los integrantes: si una pareja se ‘casa’, el grupo la ayuda con su primera plantación de alimentos; si una familia perdió el techo de su casa, la comunidad ayuda a reconstruirla”. “El ayni no reconoce la esclavitud o la servidumbre; no existe la figura del caporal (capataz), todos son propietarios”
“Quien sostiene un argumento de este tipo –concluyó– lo hace por desconocimiento o por interés.”


II

Algo de Historia



Este breve recorrido histórico tiene como finalidad ampliar la mirada acerca de la trata de personas mostrando como esta ya era muy conocida en nuestro país desde el siglo 19 y como las condiciones socioeconómicas han favorecido  su constante desarrollo.
La trata de personas y sus modos de explotación privilegiados: sexual y laboral, no  son naturales, sino que responden a estas condiciones,

Desde 1860  sucesivas olas inmigratorias arriban a la Argentina, concentrándose preferentemente en medios urbanos como Buenos Aires y Rosario. A fines del siglo XIX gran cantidad de  jóvenes europeas es traída bajo la promesa de matrimonio o trabajo. A su llegada eran secuestradas y desaparecidas obligándolas a  ejercer la prostitución. Procedían de Francia, Austria, Polonia, Inglaterra. Aunque algunas conocieran su destino ignoraban  las condiciones de esclavitud a las que se las sometería.

La historiadora Aurora Alonso de Rocha (2.003) narra que 
“....las chicas viajan  contentas durante 24 días. Cada una tiene un amante-empresario que la administra y declara amarla y cuidarla, si bien suelen compartirse entre varias. En el puerto  pasan con sus pasaportes......o mediante  sobornos......”

La trata de personas era ya un mecanismo tan aceitado y establecido que, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires,  en la medida en que la cantidad de mujeres sometidas a prostitución aumentaba, llegó a constituirse una real estratificación entre estas : putas finas y de las otras:
 “....(La Boca) es el escalón más bajo de la prostitución en la ciudad: las polacas cuestan dos pesos mientras las francesas del centro valen cinco” (Alonso de Rocha, 2003)

Esta situación era conocida por la población, era sabido que desde Barracas al Sur, llegando al “bajo” –25 de mayo, Reconquista, Paseo Colón- se ubicaban las casas de citas. También cada estación de ferrocarril tenía su propio “ambiente”, así como algunas calles: Lavalle, Corrientes, Chiclana.

En aquel entonces ya existía el negocio encubridor, como ahora pueden ser las whiskerías o saunas:
“Las academias (de tango) eran sitios aledaños a las casas de tolerancia, gestionadas por hombres que entraban al negocio de esa manera, ya que la ley exigía  que la Casa fuera regida por una mujer. En otros casos, se instalaban como negocios independientes que servían para el entretenimiento o de tapadera para un “clandestino” (piezas para citas)” (A. de Rocha)

Estas mujeres tratadas eran integradas en un ámbito social difuso y ambiguo, cuasi legal:
“Primero, que integraban  un sistema legal destinado a protegerlas para usufructuarlas. Segundo, que  la moral y las costumbres segregaban a sus pupilas pero las consideraban un mal necesario, muy necesario, para la salud y la paz social” (2003)

El poder legal no sólo perpetuaba  la prostitución, sino que se alimentaba de ella, siendo un negocio rentable y seguro, basado en la explotación de  mujeres convertidas en objetos susceptibles de descarte, “....los municipios tenían como principal  ingreso la tasa de “tolerancia”....” (Alonso de Rocha, 2003)

A fines de la década de los años 20 comienzan las investigaciones contra la ZWI MIGDAL. Esta Mutual que pasa por ser una sociedad benéfica era en realidad una empresa de rufianes que poseían unos 2 mil prostíbulos, explotaba a 30 mil mujeres y recaudaba 108 millones de pesos al año extendiéndose  sus  actividades a todo el país. Alberto Barceló caudillo conservador bonaerense e Intendente de Avellaneda proveía la cobertura notarial para el giro comercial de la firma. Los proxenetas digitaban elecciones, aportaban grandes sumas para la protección de sus intereses, a cargo de su amiga y socia la policía porteña y dominaban redituables actividades comerciales ajenas a la prostitución.

Alonso de Rocha (2.003) agrega:
“La Zwig Migdal era, realmente, una organización criminal: bajo la apariencia de una sociedad judía de socorros mutuos manejaba dos mil prostíbulos como una mafia bien aceitada....”
Esta misma autora en otro párrafo habla de  la Varsovia, era 
“....una organización de polacos....modelo de otras que  envían agentes a recoger mujeres ignorantes o abandonadas para embarcarlas....a Buenos Aires.”
Los polacos se hacían pasar por comerciantes y buscaban a familias pobres con muchas hijas, y tal como sucede en la actualidad, les ofrecían un contrato de trabajo por el cual lograban traer a las mujeres.

El periodista francés Albert Londres publicó  “Le chemin de Buenos Aires (La traite des blanches)”, una investigación por él realizada acerca de la “trata de blancas” entre Francia y Argentina.  Allí narra como las mujeres son “contratadas” para luego traerlas apiñadas en los barcos. Ya en Buenos Aires estas eran seleccionadas y  repartidas entre los propietarios de los clubes nocturnos.
Al final del libro Londres concluye: “El rufián no crea. No hace más que explotar lo que encuentra. Si no encontrara esa mercadería , no la vendería. Únicamente  sabe quién  la fabrica. Conoce  la fábrica de donde sale la materia prima, la gran fábrica: La Miseria” (Iglesias, 2003)

Recién en 1.927 por la denuncia de Raquel Liberman  contra la Zwig Migdal, comienzan a ventilarse los aspectos mafiosos de la prostitución.
La investigación que fue  dirigida por el comisario Alsogaray con la intervención del juez Rodríguez Ocampo, se puede considerar fallida pues pese a la diligencia de los trabajos, el 27 de Enero de 1931 la Cámara revoca  el auto del Juez y dispone la libertad de los rufianes. Esto seguramente es debido a que los  defensores de los integrantes de la Migdal son hombres  ligados al gobierno encaramado al poder con el golpe militar del 6 de Septiembre de 1930. La persecución de los proxenetas sólo fue un operativo político para calmar las reclamaciones internas e internacionales. 

  Saltemos ahora desde aquellos años de fines del siglo 19 a finales del 20.
Recordemos que en la década de los 90 el entonces Jefe de la Policía Federal, Baltasar García, públicamente dijo conocer  la llegada de 1500 mujeres dominicanas  para ejercer la prostitución  aprovechando la ventaja cambiaría, y la permisividad de nuestras normas. 

 Una investigación publicada por el matutino Página 12 nos informa acerca de una ciudadana dominicana presuntamente  en contacto con su embajada, Máxima Pérez Matos, encargada de reclutar en República Dominicana y explotar aquí en la prostitución a varias connacionales.

Marta Dillon en la edición web del diario Página 12 del 25-9-03 dice:
“Amparada por la globalización que borró fronteras y empobreció aún más a los países vulnerables, este negocio deja entre cinco y siete billones de dólares por año, cobijado por el silencio –el miedo– de las víctimas y la complicidad de funcionarios de Estado a los que también compra el dinero. “
En el mismo artículo Dillon expresa: “, según las cifras que se manejan en Naciones Unidas..... se calcula que 400 millones de personas –especialmente mujeres, niños y niñas– son traficadas y sometidas a la servidumbre. En la década del ’90....... más de cinco mil mujeres dominicanas fueron traídas a Buenos Aires con promesas falsas de trabajos redituables. “

Hasta aquí este superficial paneo histórico.

Si la trata de personas era ampliamente desarrollada y públicamente conocida  desde fines del siglo 19.

Si varios documentos internacionales la sitúan como una violación a los derechos humanos.

Si  documentos internacionales penales la colocan dentro de su esfera.

¿Por qué causas no hubo una intervención persecutoria decidida de los Estados?

¿Por qué en  realidad se permitió y facilitó su desarrollo?




III

Capitalismo


Desde la psicología institucional vemos a las sociedades como constituidas por distintas instituciones,  lengua, religión, sexualidad, trabajo, economía, entre otras. Todas ellas se van conformando  mutuamente de manera no estática. Este ensamble particular es el que da una fisonomía determinada y única a cada sociedad, es lo que permite poder diferenciarlas, poder decir que la sociedad argentina es diferente a la mexicana, a la finlandesa o sudafricana. Y, en la medida en que  el mundo social es fuente de nuestra subjetividad, todo acercamiento a lo humano debe también considerar estas variables.

Para comprender parte del acontecer social, como es la  situación de trata de personas, resulta necesario referirse a las instituciones y en este caso, tomaré el capitalismo, el actual sistema económico occidental. Como esta exposición no tiene por finalidad  la economía en sí misma sino  en su relación a la trata, tocaré únicamente los puntos que me parecen salientes y no haré una clara diferenciación entre capitalismo y su actual cara, el neoliberalismo.

Por lo dicho, también vale puntualizar que si bien la esclavitud existe desde antiguo, lo mismo que el comercio, que la prostitución,  lo único de cada sociedad y de cada momento histórico, nos impide ver en ello una continuidad y homogeneidad y nos lleva a considerar las características  específicas que en nuestra época  adquieren, por eso genuinamente se puede llamar a la trata de personas la Esclavitud del siglo XXI.

Contextualizando
El desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. En particular desde Inglaterra se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció paralelamente un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo.

El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx, también se lo suele denominar sistema de libre empresa o economía de mercado.
También es posible utilizar el término economía mixta cuando se quiere  describir el sistema capitalista con intervención del sector público.

Se puede  considerar como su fundador al filósofo escocés Adam Smith.  En su obra  “ Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”   (1776), postuló  que es posible buscar la ganancia personal de  manera que con ella se lograse el objetivo individual al mismo tiempo que la mejora de la sociedad.  Para este autor los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer.
Según Smith  la  combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado lleva a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad

En términos generales, la definición de capitalismo  comprende a quienes crean o adquieren capital  y permanecen como sus propietarios durante el proceso de producción. O sea que se trata de  un  régimen económico en el cual la titularidad de los medios de producción es privada.

Desde un comienzo el capitalismo ha abarcado las áreas políticas, culturales y sociales buscando convertirse en un rector de la totalidad de la vida social, en su actual faz neoliberal, tiende a constituirse en pensamiento hegemónico.

La virtud cardinal en la vida económica es  la acumulación de capital,   el interés y la renta  predominan económicamente como trabajo acumulado por encima del trabajo a destajo como elementos de producción y creación de riqueza. De esto resulta un claro predominio del capital sobre el trabajo y del beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital. El dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental.

“El sistema económico en el cual las relaciones sociales de producción y el origen de la cadena de mando -incluyendo la empresaria por delegación- se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los accionistas de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante un trabajo colectivo y conjunto, material e inmaterial, por cada uno de los actores de la misma empresa. “  (Wikipedia:  http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo )

La etapa capitalista actual es la neoliberal, por lo cual es un punto imprescindible al tratar este tema.

Liberalismo clásico tiene como basamentos  fundamentales, primero: el principio de la libertad personal definida como la no interferencia en las creencias y en la búsqueda de objetivos privados; segundo: estricta libertad económica, tercero: gobierno limitado a asegurar las funciones básicas de la organización de la sociedad, en especial, la libertad, la seguridad y la justicia.

El neoliberalismo va más delante de estos supuestos al declarar que la intervención gubernamental  no funciona porque que el mercado, libre de interferencias, es capaz de autorregularse. Sostiene que el intercambio en un mercado libre cubrirá las demandas de los individuos mucho mejor que lo podría hacer el estado, el cual ha demostrado en la práctica su ineficacia.

De esta manera el capitalismo neoliberal se constituye en un sistema altamente centralizado y jerárquico tanto por la existencia de una clase dominante como por la estructura misma de la economía que impide la regulación  por parte de la mayoría  concentrando en unas pocas personas las decisiones económicas más importantes.














 Características

A-                  Los medios de producción son de propiedad privada. Al postular que  la propiedad privada carece de límites, su  consecuencia es que necesariamente la  riqueza se concentra en una pequeña minoría privilegiada.
La propiedad de los medios de producción determina el grado de  influencia social,  lo cual a su vez establece  una relación jerárquica entre el  capitalista/empresario/patrón y el obrero/asalariado. Esto crea  una sociedad de clases estratificadas en relación con la posición en el mercado de consumo.

B-                  La libertad es establecida como un valor abstracto absoluto. En lo económico se refiere a la libertad de los mercados de capitales para decidir; para comprar, vender o competir sin trabas burocráticas ni fronteras; para adquirir los máximos beneficios e invertirlos donde plazca. Considera que los propietarios de la tierra y el capital, los trabajadores y los consumidores son libres y buscan maximizar su bienestar sacando el mayor partido posible de sus recursos.

C-                 El mercado libre es la  institución  en la que se producen las transacciones y  la conversión en mercancía de todos los factores de producción: tierra, o naturaleza,  trabajo, seres humanos, en beneficio del capital. La actividad económica se organiza y coordina por la interacción entre compradores y vendedores o productores en los mercados. El libre intercambio no limitado es considerado un factor necesario para el desarrollo ininterrumpido del comercio, de los flujos financieros y por lo tanto de la sociedad. Como parte de este  mercado sin restricciones existe la  libertad de empresa  la que  estipula que estas deben ser  libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado; son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste.  Teóricamente supone que los trabajadores y los consumidores tienen igual grado de libertad,  los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.

D-                 La idea de competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto,  en un mercado determinado,  a otro gran número de personas o empresas dispuestas a consumir los productos ofrecidos según sus preferencias y necesidades. Supone que entre los oferentes se establece una “sana competencia” para conquistar a los consumidores y para esto supone apelarán a bajar los precios, mejorar la calidad, brindar mejores servicios, convirtiéndose en movilizadora de la mejor aplicación de los recursos y del desarrollo social.
Los productores empujados por la competencia se verán obligados a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios. La competencia y la competitividad actúan como estimulantes y dinamizadoras de las empresas llevándolas a una permanente modernización, a la creación de nuevos productos para cubrir  una demanda creciente, todo  lo cual implica un sostenido progreso social.
Obviamente, según el ideario liberal, cada uno de los actores del mercado busca libremente su propio interés.

E-                  El mercado se auto regula  por medio de  las leyes de la oferta y la demanda, las que orientan los precios,  la producción,  la asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.

F-                  Acción estatal restringida, el control del sector privado por parte del sector público debe ser mínimo; si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma. La actividad del gobierno sólo es necesaria para la seguridad interna y externa, para el mantenimiento del orden, para hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos, y eventualmente la implantación de políticas  indispensables para el funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturba su funcionamiento.
El liberalismo clásico considera que el mercado es el motor del progreso humano, este debe ser custodiado y garantizado por el Estado para que la mano invisible lo conlleve en interés de todos.
El neoliberalismo da un paso más adelante al considerar que las  leyes deben plegarse al mercado y ser establecidas en función de este. Esto llega al punto de impedir que un país determinado tome medidas legales que impidan en libre desempeño de los capitales y negocios, aún los multinacionales, aunque ello incluso dañe al propio país.
En la práctica la mentada no intervención estatal es muy relativa      porque el capitalismo no podría existir con la ausencia del Estado dado que la centralización de riqueza en una jerarquía de clases es favorecida y mantenida por  la intervención estatal que protege a la clase dirigente, usando un monopolio sobre el dinero, garantizando patentes y subsidios a las grandes empresas, imponiendo impuestos discriminatorios, e interviniendo militarmente para acceder a los mercados internacionales o sostener y garantizar los internos. En la práctica la economía se ve fuertemente subsidiada y los mercados igualmente intervenidos.

G-                 El centro es el individuo, el es el principio y final de todo el proceso. No se considera al ser humano en cuanto a su personalidad, sus capacidades, su posibilidad de desarrollo personal,   centro del quehacer económico, sino que es convertido en una mercadería más o como consumidor, pasando a primer plano las ganancias  y  la acumulación. Como consecuencia de esto, para el capitalismo en su cara neoliberal, no existen  los intereses colectivos, al contrario, el individuo debe centrarse en sus propios intereses dejando de lado toda preocupación por lo social. Por esto mismo tampoco existen los intereses ecológicos.


 En 1949 las Naciones Unidas dicta el Convenio Contra la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena. Este es un documento neto de derechos humanos que coloca a la trata como una violación a los mismos.
Fue necesario llegar al año 2000 para que se dictara otro documento, esta vez de carácter penal, la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, y su Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, también conocido como Protocolo de Palermo.
Ardua fue la lucha por obtener una definición del tema coherente con los derechos humanos, cuando por otra parte, muy fuertes intereses económicos y de países presionaban por una definición que incluyera las bases del capitalismo neoliberal, o sea el principio de libertad y del extremo individualismo.
Habiendo salido gananciosa esta segunda postura, en el artículo 3 de la definición son incluidas una serie de condiciones necesarias para tipificar como delito a la trata, estas son: amenaza, uso de fuerza u otras formas de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, concesión o recepción de pagos o beneficios. Si no se logran probar ninguno de estos extremos no aparece configurado el delito. De este modo se introduce dos tipos de trata, la criminal en la que se logra probar las condiciones aludidas, y la consentida o libre.
Prestemos atención que en el caso de los niños estos extremos no son requeridos pues no se hallan bajo el régimen de libertad plena.

Más allá de ser una aberración con relación a los derechos humanos, pues se sienta el precedente de que estos pueden ser renunciados y que en último caso dependen de la propia libertad de elección, era necesaria la inclusión de esta cláusula para garantizar que no se obstaculizara la trata al volver casi imposibles de probar las condiciones de violencia, etc.

Retomemos las características que enunciamos para el neoliberalismo esta vez con relación a nuestro tema:

Los medios de producción son de propiedad privada: Como la finalidad de la trata  es la explotación de las personas (laboral, sexual) a efectos de obtener ganancia, la persona misma es convertida en propiedad privada. A tal punto que es tomada, podríamos decir cosechada, comercializada: comprada, vendida, alquilada, y por fin, puesta a “trabajar”, a redituar económicamente a su propietario. Por este motivo es llamada la Esclavitud del Siglo XXI.
Recordemos lo que dice la Convención sobre la Esclavitud en su art. 1ro:
“1. La esclavitud es el estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos.
2. La trata de esclavos comprende todo acto de captura, adquisición o cesión de un individuo para venderle o cambiarle; todo acto de cesión por venta o cambio de  un esclavo, adquirido para venderle o cambiarle, y en general todo acto de comercio o trasporte de esclavos”

La libertad: Ya hablé de este al referirme a la definición de trata en el Protocolo, la que es retomada por la actual legislación Argentina. Basta que una persona mayor de 18 años diga que está en situación de explotación “por propia voluntad” para que el Estado no intervenga. Es el argumento usado por el juez federal Oyarbide para sobreseer a gerentes de Soho quienes fueran procesados por explotación laboral, amparándolos por una supuesta matriz cultural boliviana….
Este principio también es el más claro límite a la acción estatal y en última instancia es el argumento que restringe los temas sociales al plano individual.
Ideológicamente la libertad entendida de este modo actúa como un elemento de ruptura de la trama social al no haber apelación a lo colectivo, y convertir en secundarios hechos tales como la subordinación de género, la pobreza, falta de posibilidades, etc.

El mercado libre: En primer lugar debemos tener claro que la trata se da en el marco de un mercado real de compra venta de seres humanos y que esta actividad no es casual,  por el contrario, es abierta y sostenida, a tal punto que ha logrado superar en ganancias ilegales al tráfico de drogas, ubicándose en el segundo lugar de negocios criminales.
Entorno a esto, a la inclusión dentro de un mercado legal, se alinean actualmente las fuerzas que buscan imponer la idea de una ”industria sexual” que formaría parte de la “industria del entretenimiento” , las que obviamente se regirían por las leyes de este mercado libre de intromisión estatal.
Este mercado es tan amplio y conocido que en la publicación  “Mujeres entre la globalización y la guerra santa” de Le Monde diplomatique de junio de 2003, la periodista François Loncle, escribe: “ …Continúa en el Arizona Market de Breko, el mayor centro de contrabando de Bosnia Herzegovina, o bien en Novis Sad, en Servia. En estos lugares se ha desarrollado un verdadero “mercado de esclavas”. Traficantes  rumanos ofrecen en subasta a ucranianas, moldavas, rumanas, búlgaras, rusas que son exhibidas desnudas y compradas en unos  1.000 marcos….”

La  competencia: este principio también rige no sólo en los ámbitos de explotación, viéndose con mayor claridad en los prostitucional al requerir menores pues estas atraen más público, o por la rotación de mujeres cada corto tiempo para ocasionar novedad que incentive la demanda. La competencia también vale entre empresas, pues la trata permite bajar enormemente los costos laborales y de ese modo maximizar la ganancia y la posibilidad de ofrecer en el mercado productos a menor precio. A nivel macroeconómico permite la creación de un mercado globalizado en el que determinados países se dedican a la producción a muy bajo costo y otros al consumo, siendo aún beneficiados estos por la posibilidad de adquirir productos a menor precio, lo que implica que su dinero rinda más.  Esta división entre países productores y consumidores es la que hace que las mujeres, niños y niñas de los países empobrecidos sigan la misma ruta que las materias primas que también esos países producen.

La oferta y la demanda: obviamente, más allá que la propia definición de trata permita creer que existe la posibilidad de que las personas se ofrezcan libremente a ser explotadas, con oferta y demanda nos referimos al motor mismo.
El mercado, el flujo de capitales y mercaderías, tiene como finalidad el consumo. Es la demanda misma la que al requerir los productos mantiene en marcha esta maquinaria.
La rotación de chicas en la prostitución, la variación anual de los modelos, la creación de necesidades mediante la publicidad, apuntan directamente al mercado consumidor.
A esto obedece la actual lucha simbólica por incluir a la prostitución dentro de la “industria del entretenimiento”, la erotización económica extrema de los vínculos sobre todo en los medios televisivos donde aparece equiparada la ganancia económica con determinadas formas corporales que son exhibidas y con una conducta llamada de “gato” que si no es dicha directamente, es expresada mediante el clásico maullido sobreimpreso, lo que establece una continuidad entre erotismo cuerpo y ganancia económica. Una de las consecuencias sintomáticas es la aparición de niñas jóvenes que mantienen sexo oral a cambio del pago de una copa o entrada a un boliche, lo que aparece puesto como un “juego”.
Todo esto apunta a la incentivación de la demanda dentro de un mercado considerado natural.

Acción estatal restringida:  Para el neoliberalismo la no intervención estatal es fundamental, salvo cuando es necesaria para garantizar el orden y el libre juego del capitalismo. En el caso de la trata, si bien no puede hablarse de una intervención formal estatal, esta no debe ser descartada, sino, por el contrario, sólo incluyéndola se puede explicar el enorme crecimiento de esta actividad ilegal, y la facilidad con que millones  de personas son trasladadas y sometidas a explotación. Difícilmente esto podría haberse logrado sin una facilitación indirecta estatal. Una vez más sirve como ejemplo el Protocolo de Palermo y la legislación argentina en esta materia.





El individuo: Aquí nos encontramos con el individuo particular, no hay un universal ni general, cada uno es el principio y fin de la historia, paralelamente al no haber  intereses colectivos nada me obliga a pensar en un/una otredad.  Según esta definición el otro/a son considerados  ya no como el prójimo, aquel/lla con cuyo encuentro me recreo, sino como el que con sus derechos limita los míos, en un marco de confrontación y competencia por los bienes.
Una vez más aquí aparece la libertad, como principio únicamente limitado por los derechos de otro individuo, y como la capacidad de aún renunciar a la propia dignidad con un acto de consentimiento.
Como este individuo y su libertad son valores absolutos, es fácil deslizarse a un egoísmo neto que no toma en cuenta las necesidades de otro que no sea el individuo mismo.
Tengamos presente que la contracara del individualismo es el anonimato, las grandes corporaciones, las sociedades, las divisas no tienen propietario, son flujos que derivan casi siguiendo una lógica propia, y en esta deriva las personas son consumidas a su paso y puestas a su servicio.

El capital: todos las anteriores prácticas son orientadas a una única finalidad, la acumulación de capital. La constitución de un mercado, el juego de fijación de precios, la creación de necesidades, están en función del movimiento de capitales, de un flujo que no debe detenerse, que siempre debe estar produciendo más capitales.
Debemos entender que en esta etapa de desarrollo el capital se ha vuelto una abstracción una fuerza centrípeta que todo lo atrae y lo convierte en mercadería.
La historia ha terminado, salvo la libertad, los valores han caído y con ellos los derechos humanos, aunque también liberales, o por el hecho de ser liberales, se han vuelto relativos.  En este juego las personas son constituidas ya sea como consumidores, como productores atados a una línea sin comienzo, o como mercadería misma.
La trata de personas es la concreción más clara y extrema de todo esto: la persona es arrancada de su humanidad sociohistórica y es puesta en el mercado, comprada, vendida, alquilada. Su cuerpo ya no es su condición de humanidad, de estar en la tierra, sino una serie de curvas, redondeces y orificios con precio –variable según el cliente y/o el barrio- dispuestos para quien tenga capacidad económica; o es convertido en pieza desechable ligada a una máquina o un sembradío, cuando no en un recipiente contenedor de órganos que pueden ser vendidos.

Al mismo tiempo la trata para trabajo esclavo  sirve como forma de contención de las demandas salariales del trabajador no especializado. Los requerimientos de mano de obra  pueden ser cubiertos  no mediante ofertas salariales o mejores condiciones laborales, sino simplemente con trabajadores esclavizados, a la par que esto baja costos y aumenta el margen de ganancia.

En la actualidad también el traslado de personas sigue la misma ruta que las materias primas, de los países o zonas empobrecidas a los enriquecidos. Claramente se ve la globalización en acción, mujeres latinoamericanas pueden ser halladas en Europa o Asia; africanas en Europa, asiáticas también en ese continente o en  América del norte.

La trata cumple muy efectivamente su función favorecedora del ingreso de determinados países que ven incrementado el flujo de divisas  mediante el turismo sexual. Turistas estos con poder económico que llegan a buscar lo que no obtienen en sus países, ya sea por lo exótico o por la edad.

En todos estos simples ejemplos vemos que se mantiene una lógica, que es la de obtención de un producto económico.
Si tenemos en cuenta que las cifras estimadas, y seguramente conservadoras, dicen que anualmente esta actividad produce 32 mil millones de dólares, se calcula que cada persona sometida a prostitución puede generar más de mil dólares mensuales, es interesante preguntarnos qué sucede con todo este dinero.  Cuál es su destino.

Gran parte de este dinero es volcado en sobornos y dádivas, en una corrupción que podríamos llamar estructural porque cabe en la cuenta presupuestaria que hacen los estados para asignar recursos. Esta corrupción no implica menor ganancia ilegal, por el contrario, garantiza el juego y la continuidad de la trata y la explotación.

La parte del dinero que no es afectado a la actividad del tratante mismo, es blanqueado a través de negocios legales o derivado para el mantenimiento de otros ilegales.

En último término,  todos estos caminos terminan en que  el dinero es volcado nuevamente al mercado, esta vez legal, produciendo nuevos negocios.
Como ejemplo transcribo a continuación una noticia publicada hace poco tiempo. Llamo especialmente la atención a la frase final, casi graciosa:

“Red de blanqueo de dinero de la prostitución
El País - Madrid - 28/03/2008
La policía ha desarticulado una organización dedicada al blanqueo de dinero procedente de la explotación sexual de más de 300 extranjeras, que eran obligadas a prostituirse en diversos clubes de Badajoz, según el Ministerio del Interior. El grupo investigado había obtenido en el último año unas ganancias superiores a un millón de euros.
La operación ha sido realizada por la Brigada de Investigación de Delitos Monetarios y la Unidad Central Contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales, con la Jefatura Superior de Policía de Extremadura.
Diez personas han quedado detenidas como presuntas responsables de la banda. Entre ellas, Pedro Manuel M., su hermana y un contable colombiano, que han sido encarcelados. El dinero lo ingresaban en cuentas bancarias y luego lo reintegraban a través de cheques y pagarés, desconociéndose su destino final. “

Es una cantidad lo suficientemente importante como para ayudar no sólo a la economía de determinados países, sino que provee, sobre todo la explotación prostitucional, un muy rápido  e importante ingreso de ganancias.

En definitiva, la trata de personas y la explotación que le es inherente, antes que, por su ilegalidad  pueda ser entendida como una actividad antisocial y atentatoria al orden económico imperante, debe ser comprendida como totalmente integrada al mismo, como una parte importante del capitalismo neoliberal al que adhiere en su totalidad. No solamente pertenece al mismo por filosofía, política y economía, sino que es un pilar importante para su mantenimiento y actual desarrollo. La prueba es que la trata de personas crece aceleradamente, y se ha constituido en el segundo negocio ilegal del mundo.
Es por este motivo que siendo desde hace más de un siglo una actividad conocida los estados han tomado el cuidado suficiente de no interferir en su funcionamiento.




FINALIZANDO

En este trabajo como en el anterior (“La trata de personas es muy buen negocio” *) propuse un acercamiento a este tema ya no desde el punto de vista de los derechos humanos sino buscando exponer su base económica.

En este caso, apunté a mostrar  una visión, la capitalista,  y cómo la trata encaja perfectamente en ésta; es más, la explotación sexual, tanto como la laboral u otras, revierten en el sistema económico y son fuente de su sostenimiento material y  simbólico. El neoliberalismo no es sólo un sistema económico sino un modo de considerar valorativamente al mundo y de relacionarse con éste, incluyendo a la humanidad.

Creer que la trata es únicamente un delito, o una violación a los derechos humanos, o un despiadado acto de violencia —que sin duda todo eso es— circunscribe el tema y lo encapsula separándolo del resto de los factores sociales. Se tiende entonces a creer que es únicamente producto de un grupo de delincuentes, que cuentan con la complicidad de otros, o que es debida a la opresión de género, o motivada por la pobreza, la falta de posibilidades –que sin duda también todo eso es.
Todos esos argumentos no dejan ver la real situación. La trata de personas no es sólo fruto de unos desalmados delincuentes, es la manifestación de un sistema de relaciones que comprende las vidas, los cuerpos, el trabajo, la sexualidad, la posesión, el dominio, la explotación, la ganancia económica, etc. Un sistema que da forma a los deseos, las fantasías y los actos y que no se despliega a espaldas de la sociedad, sino que conforma todas las relaciones, que determina aquello que es natural, necesario y bueno, como el éxito, la ganancia, el privilegio.

Si consideramos a  la trata como relato se verá mucho más claro que es un discurso en el que la sociedad se describe a sí misma.
Como tal, tampoco puede ser separado de la economía. No es un tumor perturbador y dañino, algo ajeno al transcurrir social, sino que es parte necesaria de él en la medida en que sostiene los valores impuestos y en que condice en un todo con el proceder neoliberal.
A tal punto es parte integral, que el dinero obtenido por medio de la violencia no queda recluido en cuevas de mafiosos, tampoco circula por canales desconocidos, es el dinero que es convertido en negocios legales, que construye shoppings, que financia campañas electorales, etc.

Si la trata de personas fuera considerada un hecho tan malévolo y pernicioso que mereciera su persecución penal a través del mundo, serían inentendibles las reiteradas propuestas que buscan blanquear a alguno de los modos de explotación que le son ínsitos. Por ejemplo, en 1998 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó el informe “The Sex Sector” en el que  recomienda la inclusión de la llamada “industria sexual” dentro de las actividades reconocidas de los países, con la finalidad de aumentar la base impositiva, lo cual, decía, significaría grandes contribuciones a las economías regionales y nacionales.
Por distintos motivos, pero con igual finalidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que para combatir la epidemia del SIDA, la prostitución fuera regulada aduciendo que de esa manera sería más fácil implementar  planes de control sanitario

En la antigüedad (y en épocas más cercanas también) la esclavitud correspondía  al orden social y era funcional a éste. Lo mismo podemos decir de la  esclavitud en la época actual.

Es necesario que la mujer se empodere, que se logren relaciones equitativas, que los niños y niñas sean protegidos, que los derechos de los trabajadores sean defendidos, pero no creamos que por sí mismas estas conquistas harán desaparecer la trata.
El patriarcado explica la violencia y sometimiento de la mujer, pero no la esclavización para la explotación. El sometedor cuida del sometido porque si éste desaparece se acaba el juego perverso. Es necesario que el sometido viva y pueda continuar para poder seguir gozando con su aplastamiento. En cambio, en la trata de niñas y niños, de adolescentes, de mujeres, el final no tarda en llegar y no interesa, porque acá el juego no es el sometimiento sino que éste es el medio para la obtención de ganancia. Y es en este punto donde se puede ver claramente el funcionamiento capitalista neoliberal. Es el punto que permite que los explotadores sexuales reivindiquen su hacer y pidan su reglamentación.
No olvidemos que, aunque minoritariamente, también hay un porcentaje de personas que no están sometidas a explotación sexual, sino a  otros tipos de explotación.
Por lo tanto, quienes crean que solamente eliminando la violencia de género que implica el patriarcado se superará la trata de personas, se equivocan. Es necesario actuar al mismo tiempo sobre todos los aspectos, aunque en apariencia separados en la realidad son confluyentes, de esta problemática.


Mientras
Que el fin justifique los medios
Que el éxito se mida económicamente
Que “negocios son negocios” justifique toda acción
Que la persona no sea considerada en su dignidad sino convertida en productora,
consumidora, objeto.
Que la persona este en función de la renta y e  capital.
Que el mundo sea convertido en un mercado.

Mientras que todo esto siga determinando los valores y conductas, la trata seguirá estando.

Bs As, junio de 2008


APENDICE

Ya terminado de escribir este artículo encontré dos notas las que por su brevedad y claridad resumen todo lo expuesto.

La primera de ellas funda el sistema prostitucional actual con el neoliberalismo capitalista. De su lectura no caben dudas acerca de esta mutua apoyatura, de ahí que el autor de la nota concluya que el desenlace lógico de tal casamiento tiene que ser  la reglamentación de la prostitución.
De su simple repaso se desprende que desterrado todo concepto de violencia de género o de derechos humanos,  la implicancia esta dada por  la idea de mercado, de libre contratación.
No es necesario que el autor argumente, el uso que hace de determinados conceptos  neoliberales con relación al proxenetismo, ubican este tema dentro de la que pretende ser considerada “industria del entretenimiento”.
Si bien no habla de la trata de personas, esta se halla implícita dado que más del 90% de las personas víctimas tienen como destino la explotación sexual.

La segunda nota no requiere comentarios.  El cuadro que en ella Galeano nos narra, la globalización mostrada sin eufemismos,  unidas a las previsiones que hace Naciones Unidas al decir que posiblemente la trata de personas en los próximos años se constituirá en el primer negocio ilegal del mundo, nos obligan a un nuevo compromiso.
Si esta situación de hambre y muerte cambia no será mágicamente o por la tan mentada declinación del sistema, para eso todos y todas debemos hacer algo.



I
22/05/2008 - Juan Morillo Bentué
Las diez consecuencias de ilegalizar la prostitución

Si de algo nos advirtió el gran Frédéric Bastiat fue de la necesidad de tener en cuenta las consecuencias no previstas de las acciones humanas y en particular de las políticas. La experiencia de la ilegalización de la prostitución es instructiva porque muestra claramente los resultados desastrosos de tratar de suprimir una actividad pacífica y voluntaria mediante una ley coactiva (e ilegítima).

1) Abandono institucional: las deja sin derechos ni protección
Éste es el punto más importante. En el anterior artículo comentamos que la prostitución no dejaba de ser una profesión como cualquier otra en la que dos personas efectúan una transacción voluntaria. Ahora habría que añadir que sin instituciones adecuadas una verdadera economía de mercado no es posible (Coase). Lo cual significa que sin el apoyo del Estado de Derecho, la prostitución no puede ejercerse sin inseguridad jurídica y social.

La ilegalización hace que dejen de ser sujetos éticos. No están regulados ni sus derechos ni sus obligaciones. Las prostitutas están desprotegidas y se les puede maltratar. Se les puede secuestrar, pegar, violar, robar y forzar a prostituirse. Están en una situación discriminada y sin derechos. Se ha demostrado que las prohibiciones no acaban con el problema sino que lo único que hacen es empeorar las condiciones de trabajo de las mujeres que seguirán ejerciendo. Trabajan en malas condiciones de seguridad, limpieza, higiene y tranquilidad.

Sabemos que no vivimos en un mundo ideal y que siempre se seguirán produciendo injusticias y abusos aunque se legalice la profesión. Sobre todo conociendo la nula eficacia e ineptitud de quién tiene que protegernos (véase Papá Estado). Pero lo que se debe buscar es lo siguiente: garantizar los derechos a aquellas mujeres que deciden trabajar en la prostitución y limitar los abusos que hoy ejercen sobre ellas en los burdeles.

Una vez legalizada la prostitución, las que quieran continuar en la clandestinidad (para no pagar impuestos) lo harán voluntariamente y bajo su responsabilidad. Deberán asumir los riesgos.
2) La ley no funciona, no consigue lo que se propone (reducir la prostitución)
Es bien conocido que la prostitución es tan antigua como la humanidad. Y todo parece indicar que la humanidad no está para muchos cambios, porque la prostitución sigue siendo demandada enormemente pese a su ilegalización. Atendiendo a la gran cantidad de dinero que mueve, podemos asegurar que el mercado más antiguo de la historia no parece que vaya a desaparecer. Y sin embargo, pese a no violar los derechos de nadie, está ilegalizada.

¿Cómo puede el Estado decidir si se tiene que reducir una determinar profesión? ¿En base a qué? ¿En base a que a los políticos les parece una actividad denigrante? ¿Intrínsecamente perversa? ¿Deshumanizante? Quizá debieran entonces reflexionar un poco sobre su propia profesión.

El objetivo que hay que proponerse no es reducir la prostitución, sino reducir las víctimas del tráfico de blancas y personas. Y eso se consigue legalizando la profesión para establecer claramente la distinción entre prostitución voluntaria (decisión propia) y prostitución coactiva (esclavitud), y persiguiendo fuertemente la segunda.

3) Convierten a gente honesta y pacífica en criminales
La ilegalización produce la estigmatización social y persecución de una trabajadora honesta y pacífica. Muchas veces los bancos son reticentes a concederles préstamos y las aseguradoras prefieren evitarlas. Sufren el menosprecio y la discriminación que todos conocemos.

4) Crea "mercados" en donde la competencia es violenta y no pacífica como en los legales
No están basados en el contrato y la cooperación. Aumenta la violencia y la inseguridad ciudadana.

5) El precio del servicio es mucho mayor en un mercado negro que en un mercado legal competitivo
Todo producto en un mercado negro tiene un precio más alto porque la falta de oferta y falta de competencia provocan la escasez de los servicios que la gente considera indispensables. Llega al mercado una menor cantidad que la demandada. Existe más demanda que oferta y los clientes están dispuestos a pagar un precio más alto por el servicio que se les prohíbe. Además hay que pagar al intermediario clandestino.

6) Los servicios en los mercados ilegales son de una calidad menor que en los mercados legales competitivos
La falta de competencia y de legalidad hace que no haya ni el control ni las exigencias que se darían en un mercado legal.

7) Provoca una delincuencia asociada
Los enormes beneficios del mercado negro incentivan que los criminales violentos entren. Provoca una delincuencia asociada, a menudo muy violenta. Existe un submundo ilegal en el que se da inmigración ilegal, extorsión, tráfico de drogas, falsificación de documentos y delitos económicos que aumentan la delincuencia y la violencia. La legalización ayudaría a luchar contra el resto de actividades.

8) Hace que el sistema de justicia sea más corrupto
La legalización acabaría con un foco importante de corrupción que aumenta en todos los niveles del Estado debido a la gran cantidad de policías, jueces y demás autoridades que han sido comprados, sobornados o extorsionados por las mafias, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.

9) El Estado convierte actividades pacíficas en criminales
Este punto es importante. Hay que derogar el artículo 188 del Código Penal, que prohíbe el proxenetismo, es decir, el dedicarse a la prostitución como empresario. Prohíbe que se establezcan relaciones laborales entre prostitutas y empresarios. Impide al empresario establecer tratos comerciales entre la prostituta y otra persona, aun con el consentimiento de las mismas. Hay que derogarlo porque hay que reconocer a la prostitución como profesión. Debe tener los mismos derechos laborales que las demás profesiones.
La prostitución se tendría que poder ejercer de forma autónoma o en contrato con algún empresario. Tienen que tener la posibilidad de establecer sus propios negocios.

10) Provoca un aumento de poder y gasto estatal
Supone un gran recorte de libertades (impuestos, intervenciones, vigilancia) porque una enorme cantidad de recursos van destinados a prohibir y perseguir actividades pacíficas consensuadas en vez de perseguir a los verdaderos criminales y delincuentes.

Hay gente que defiende la legalización sólo por los elevados impuestos que recaudaría el Estado. A mí me parece que ésta sería precisamente una gran razón para no legalizarla. Además está demostrado que incentiva el que muchas prostitutas que ejercen por decisión propia lo hagan en la clandestinidad para no pagar impuestos.

Opinión de los lectores
Israelem
Chapó por el artículo, que sea moralmente reprobable no significa que se ilegalice, ya que lo único que hace es empeorar la situación.

agolmar
John Stuart Mill se opuso a los censos de prostitutas que propugnaban los moralistas aunque el negocio no le gustaba, pero pensaba que el daño sería mucho menor sin controlar que prohibido por el Estado.
Juan Morillo Bentué
Israelem y aglomar,

Efectivamente, una vez más se demuestra que, allí donde los gobiernos deciden intervenir para imponer sus juicios de valor arbitrarios y marcar nuestros fines, empeoran la situación. En este caso intervienen no legalizándola, aunque tampoco se prohíbe. Está despenalizada, es decir, se considera que es una actividad no delictiva.
Gracias por los comentarios. Saludos!

http://www.juandemariana.org/comentario/2179/diez/consecuencias/ilegalizar/prostitucion/



II

Los derechos de los trabajadores

¿Un tema para arqueólogos?

Eduardo Galeano

Más de noventa millones de clientes acuden, cada semana, a las tiendas Wal-Mart. Sus más de novecientos mil empleados tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación. El fundador de Wal-Mart, Sam Walton, recibió en 1992 la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos.

Uno de cada cuatro adultos norteamericanos, y nueve de cada diez niños, engullen en Mc Donald's la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de Mc Donald's son tan desechables como la comida que sirven: los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicalizarse.

En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró union free, libre de sindicatos, el sector electrónico.
Tampoco tenían ninguna posibilidad de agremiarse las ciento noventa obreras que murieron quemadas en Tailandia, en 1993, en el galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart Simpson y los Muppets.

Bush y Gore coincidieron, durante la campaña electoral del año pasado, en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo el modelo norteamericano de relaciones laborales. "Nuestro estilo de trabajo", como ambos lo llamaron, es el que está marcando el paso de la globalización que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más remotos rincones del planeta.

La tecnología, que ha abolido las distancias, permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar cien mil años para ganar lo que gana, en un año, un ejecutivo de Nike en Estados Unidos, y que un obrero de la Ibm en Filipinas fabrique computadoras que él no puede comprar.

Es la continuación de la época colonial, en una escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función tradicional: proporcionan brazos baratos y productos baratos, aunque ahora produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras o instrumentos de alta tecnología además de producir, como antes, caucho, arroz, café, azúcar y otras cosas malditas por el mercado mundial.

Desde 1919 se han firmado 183 convenios internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo, de esos 183 acuerdos Francia ratificó 115, Noruega 106, Alemania 76 y Estados Unidos... 14. El país que encabeza el proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden contaminar a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que la ley del trabajo fuera de la ley es el que ahora dice que no habrá más remedio que incluir "cláusulas sociales" y de "protección ambiental" en los acuerdos de libre comercio. ¿Qué sería de la realidad sin la publicidad que la enmascara?

Esas cláusulas son meros impuestos que el vicio paga a la virtud con cargo al rubro relaciones públicas, pero la sola mención de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos abogados del salario de hambre, el horario de goma y el despido libre. Desde que Ernesto Zedillo dejó la presidencia de México pasó a integrar los directorios de la Union Pacific Corporation y del consorcio Procter & Gamble, que opera en 140 países. Además, encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus pensamientos en la revista Forbes: en idioma tecnocratés, se indigna contra "la imposición de estándares laborales homogéneos en los nuevos acuerdos comerciales". Traducido, eso significa: arrojemos de una buena vez al tacho de la basura toda la legislación internacional que todavía protege a los trabajadores. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud. Pero el principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: "Para competir, hay que exprimir los limones". Los hechos son los hechos.

Ante las denuncias y las protestas, las empresas se lavan las manos: yo no fui. En la industria posmoderna, el trabajo ya no está concentrado. Así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada. Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota. De cada cinco obreros de Volkswagen en Brasil, sólo uno es empleado de la empresa. De los 81 obreros de Petrobrás muertos en accidentes de trabajo en los últimos tres años, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de seguridad. A través de trescientas empresas contratistas, China produce la mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay sindicatos, pero obedecen a un Estado que en nombre del socialismo se ocupa de la disciplina de la mano de obra: "Nosotros combatimos la agitación obrera y la inestabilidad social, para asegurar un clima favorable a los inversores", explicó recientemente Bo Xilai, secretario general del Partido Comunista en uno de los mayores puertos del país.

El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden: a ver quién ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por dos siglos de luchas obreras en el mundo.

Las plantas maquiladoras de México, Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman sweat shops, talleres del sudor, crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto. Ocho de cada diez nuevos empleos en la Argentina están "en negro", sin ninguna protección legal. Nueve de cada diez nuevos empleos en toda América Latina corresponden al "sector informal", un eufemismo para decir que los trabajadores están librados a la buena de Dios. La estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores, ¿serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida?

En el mundo al revés, la libertad oprime: la libertad del dinero exige trabajadores presos de la cárcel del miedo, que es la más cárcel de todas las cárceles. El dios del mercado amenaza y castiga; y bien lo sabe cualquier trabajador, en cualquier lugar. El miedo al desempleo, que sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad, es, hoy por hoy, la fuente de angustia más universal. ¿Quién está a salvo del pánico de ser arrojado a las largas colas de los que buscan trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un "obstáculo interno", para decirlo con las palabras del presidente de la Coca-Cola, que hace un año y medio explicó el despido de miles de trabajadores diciendo que "hemos eliminado los obstáculos internos"?

Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización del dinero, que divide al mundo en domadores y domados, ¿se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.

Eduardo Galeano

Fuente: http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/un.tema.para.arqueologos.htm



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