martes, 30 de diciembre de 2014

Tráfico y Equidad de Género

Tráfico y Equidad de Género
Janice G. Rd, Ph.D.,
Co-Director Ejecutivo Contra el Tráfico de Mujeres (CATW)

        Se me ha pedido que hable acerca de la igualdad de género en relación con la explotación sexual. En discusiones acerca de tráfico y prostitución, a menudo hay mucha retórica sobre la igualdad de género. De cualquier manera, ¿cuál es la realidad para las mujeres con las que se ha traficado y que han sido prostituídas. Cómo hacemos para que sea real la igualdad de género para las mujeres que han sido sexualmente explotadas?.

        Hay dos modelos enfrentados de igualdad de género relativo a la prostitución. El primer modelo propone que igualdad de género significa que toda prostitución de la mujer ha de verse como una violación de los derechos de la mujer y como una forma de violencia contra ella. Este modelo mantiene que normalizando la prostitución -como un “trabajo sexual”- o legalizándola de alguna manera, se legaliza la esclavitud sexual y la desigualdad de género. Para este grupo, la defensa de los derechos de la mujer prostituta, significa perseguir a los que la llevan a cabo, incluidos proxenetas y clientes y proveedores de servicios para ellas. Esto significa facilitar a las mujeres no solo condones, sino alternativas a la prostitución.

El segundo modelo mantiene que la prostitución es una forma de la igualdad de género y promueve el derecho de la mujer a ser independiente y controlar lo que quiera hacer con su cuerpo. Abogados de este modelo aducen que la prostitución es otra forma de trabajo y que la mejor manera de proteger a las mujeres en este entorno es mejorar sus "condiciones de trabajo". Este grupo mantiene que la prostitución es "trabajo sexual" y que las mujeres deberían ser libres de convertirse en jefes, conocidos en el mundo de la prostitución ilegal como proxenetas. Su mensaje se centra en enseñar a las mujeres a utilizar el condón, pero no cómo crear un futuro diferente para ellas mismas.

La contradicción de este segundo modelo, donde la prostitución es vista como un trabajo, es la admisión de que las mujeres en este ámbito todavía necesitan ser protegidas de los abusos y violencia de la industria del sexo. Los defensores de este modelo erróneo de igualdad de género están bien enterados de los peligros de la prostitución legal, aunque raramente lo admitan en público, o reconocen esos peligros de forma ambigua. Por ejemplo, muchas organizaciones de trabajadoras del sexo, como SWEAT, así como agencias gubernamentales en países donde la prostitución es legal, alertan a las mujeres para que se protejan ellas mismas de los usuarios violentos mediante armas que se pueden esconder bajo la cama (Farley, 2004).

La diferencia esencial entre estos dos modelos de igualdad de género es que la admisión de la prostitución como un simple "trabajo" ayuda a mantener a las mujeres dentro de la actividad. La visión de la prostitución como una violación de los derechos de la mujer, facilita la salida de la mujer de ella.
 
Las putas. Alfonso Melo

El 17 de octubre de 2005, en el Parlamento Europeo, la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y el Grupo Europeo de Mujeres dieron juntos una conferencia de prensa en la que víctimas del tráfico y la prostitución hablaron a los media acerca, no solo de sus experiencias, sino también de la necesidad de una política al respecto. La pregunta esencial fue: "¿quién representa a las mujeres prostitutas - "trabajadoras del sexo" o víctimas?". Ese mismo día un grupo que se autodefinía como "trabajadoras del sexo"dio otra conferencia de prensa en la que pretendían convencer a los medios de la bondad de la prostitución así como de su legalización. El objetivo de la conferencia de prensa fue otorgar voz a las mujeres que habían ejercido la prostitución y a la que no definían como"trabajo sexual", así como una perspectiva diferente de las que la prensa suele denominar "trabajadoras del sexo" (Conferencia de Prensa, 2005).

 Es importante examinar las reclamaciones de organizaciones que pretenden representar a las prostitutas. Muchas resultan ser tapaderas de la industria del sexo. Cuando estuvimos buscando en Internet sitios de organizaciones tales como Network of Sex Work Projects en Vancouver, Canadá, encontramos multitud de enlaces con publicidad de la industria del sexo. Había muchos listados con el encabezado de "Entretenimiento para Adultos" y clubs de sexo y otros negocios de carácter sexual, donde invitaban a insertar anuncios en el sitio para mostrarlos de forma gratuita
(Network of Sex Projects, 2004).

 Asimismo, es importante que sepan que entre las mujeres prostitutas hay mucho más debate acerca de la legalización que en la sociedad en general. Muchas mujeres que son o han sido prostitutas no desean la normalización de esta actividad, convertida en otra forma de trabajo, y no apoyan la legalización de la prostitución, su regulación o la descriminalización de la industria del sexo. Pero sus palabras no llegan a los medios y por esta causa, el público no entiende que muchas mujeres prostitutas saben que la legalización es un mito y que no las protegería.

En Argentina, donde una organización llamada Ammar afirma representar a las prostitutas, está presionando para el reconocimiento de la prostitución como un trabajo, otras prostitutas han organizado un grupo llamado Asociación Ammar. Esta asociación teme que el reconocimiento oficial de la prostitución en Argentina solo sirva para empujar a más mujeres al comercio del sexo. La Asociación Ammar dice: "Queremos ayudar a cada cual a salir de la prostitución, enseñando a realizar otro tipo de actividades, proporcionando trabajo, estudios... Más del 90 por ciento de nosotras quiere dejar la prostitución porque el estigma te acompaña mientras vives. Es un medio de sobrevivir, no un trabajo (Lindsay, 2004)."

¿Qué dicen las prostitutas en los países que han legalizado la prostitución o están considerando hacerlo?. En Holanda, afirman que la legalización o descriminalización no borra el estigma. Las mujeres son más vulnerables porque han de registrarse y perder el anonimato, y la identidad de protituta le acompaña en todas partes. Así, la mayoría de ellas todavía trabajan en la clandestinidad. Solamente el 5-10% está registrada en Holanda y paga impuestos (Daley, 2001, p. 4).

La Coalición Contra el Tráfico de Mujeres ha llevado a cabo dos estudios en los que se preguntaron a casi 200 víctimas de explotación en el comercio sexual. Cuando le preguntamos a las prostitutas si deseaban la legalización de la prostitución , la mayoría respondió que no. Y aquellas que dijeron que sí estuvieron todas de acuerdo en que no deseaban que su hijos acabaran prostituyéndose. (Raymond y otros. 2001: Raymond y otros, 2002).

Uno de los argumentos más importantes para la legalización de la prostitución es que en los países en los que se ha legalizado, las mujeres están mejor protegidas. Pero, ¿qué ocurre realmente en esos países?. En Holanda, Alemania y Austria, por ejemplo, la legalización ha fracasado en la protección de las prostitutas, ha fracasado en el control de la enorme expansión de la industria del sexo, ha fracasado en disminuir el tráfico de niños para prostituírlos desde otros países y ha fracasado en la prevención del SIDA y enfermedades de transmisión sexual. Y ha transformado estos países en burdeles. Vemos esta transformación bastante clara en Alemania antes de la Copa del Mundo de2006. La ciudad de Bremen, siguiendo la pauta de los Juegos Olímpicos de Atenas de
2004, importará entre 30.000 y 40.000 mujeres para cuatro semanas para atender a las demandas de sexo de los hombres que acudirán a los juegos. Las autoridades municipales están construyendo burdeles especiales con cabinas parecidas a las de los WC, donde los hombres pueden entrar al volante de sus coches, demandar sus preferencias sexuales y conducir fuera. La ciudad de Berlin abrirá un mega burdel que abrirá a tiempo para los partidos de fútbol en el que 100 mujeres atenderán a 650 hombres en cualquier momento. (Mega-Brothel, 2005).

Contrariamente a la afirmación de que la descriminalización y legalización controlaría la expansión de la industria del sexo, la prostitución suma actualmente el 5% de la economía de Holanda (Daley, 2001, p. 4). En la década anterior, cuando se legalizó a los proxenetas y los burdeles en el 2000, la industria del sexo aumentó un 25% .
(Daley, 2001, p. 4). En muchas estimaciones, el 80% de las prostitutas de Holanda han llegado allí mediante el tráfico de mujeres (Grupo de Budapest, 1999 {1}). Muchos analistas ligan el incremento del tráfico con el mayor número de permisos legales dados a los proxenetas, traficantes y burdeles de la legalilzada industria del sexo holandesa (Raynmond, 2004; U. S. Department of State, 2004, p. 22).

Otro ejemplo de lo que pasa en un país que se convierte en un campo para el florecimiento legal de la industria del sexo es el Estado de Victoria en Australia, donde la protitución ha sido progresivamente legalizada desde 1980. En una tesis de Ph. D., terminada en 2oo4 en la Universidad de Melbourne, la Doctora Mary Sullivan explica que la prostitución ya no es simplemente una industria legal en Victoria. Tiene un gran peso en la economía. Utilizando los datos de la Standard Industry Classification de Australia y Nueva Zelanda, Sullivan encontró que en 2004, los "servicios sexuales" estaban en lo más alto del ranking de las industrias de los servicios personales en el estado y manejaron el crecimiento total de estas industrias. Adicionalmente, las industrias sexuales en Australia son el equivalente financiero de las 50 compañías top- ranking y están creciendo a una tasa anual del 3,8 %, más deprisa que el Producto Interior Bruto, al 3,6 % (Sullivan, 2004, p. 147).

Otro argumento para la legalización de la prostitución venía siendo, que ayudaría a terminar con la prostitución infantil, porque la policía podría concentrarse en los que abusaran de niños. De cualquier manera, comparado con otros estados de Australia, el Estado de Victoria estima que hay allí 1800 niños prostituídos, el mayor número de todos los estados (Sullivan, 2004, p. 214).

Mucha gente no se da cuenta de que legalizar la prostitución no es solamente legalizar a las prostitutas. Legalizar la prostitución es legalizar la industria del sexo. Legalizar la prostitución es legalizar la explotación sexual. Legalizar la prostitución es legalizar a los proxenetas, traficantes, burdeles y demás, y aprobar el derecho de hombres y mujeres a comerciar con el sexo. Bajo estas condiciones es ilusorio decir que la prostitución promueve la igualdad de género. En vez de eso, los promotores de su legalización convierten en normal la desigualdad, convirtiendo la prostitución en "trabajo sexual" y el tráfico en "migración para trabajo sexual". En realidad, las violaciones de la igualdad de género son disfrazadas por la retórica pervertida de la igualdad de género que promotores de la normalización de la prostitución utilizan para argumentar que protegen a las mujeres.

Un argumento muy utilizado para defender los derechos de las prostitutas es que reconociendo y regulando la prostitución y la industria del sexo se favorece la igualdad de género, reduciendo el SIDA. Sin embargo, muy a menudo, el Estado regula la prostitución regulando a las mujeres - no a los hombres que son los usuarios. La legalización/discriminación va acompañada normalmente por chequeos médicos a las prostitutas. ¿A quién protegen realmente esos chequeos?. Si la meta fuera realmente proteger a las prostitutas, alguna ley obligaría a los clientes a un chequeo y un certificado para entrar en los burdeles. Esto desanimaría a los demandantes.

Es un modo discriminatorio e ineficaz de luchar contra el SIDA apuntar hacia las mujeres en los chequeos médicos en la industria de la prostitución. Un programa anti SIDA más sensible debería dirigirse hacia el grupo que realiza las conductas menos saludables y de más alto riesgo - hombres que compran sexo. Los epidemiologistas han documentado que la epidemia se dirige actualmente en gran medida desde el hombre a la mujer, los hombres van con prostitutas y los que son infectados, transmiten el virus a sus esposas, compañeros sexuales y víctimas sexuales (Hynes y Raymond , 2002). Como a principios de 1998, en la XXII Conferencia Mundial sobre el Sida reconoció que "los hombres conducen la epidemia de Sida" por su egoísta promiscuidad sexual (Inés y Raymond, 2002, p. 213).

Las putas. Diego Perrota. 2010


Una respuesta más ética y efectiva promovería la seguridad de las mujeres dentro de la industria del sexo, trabajando al mismo tiempo en desmantelar esa industria. Muchos grupos que afirman defender los derechos de las prostitutas no se comprometen en terminar con esta industria que explota a las mujeres en todo el mundo. De hecho, muchos abogados pro "trabajo sexual" devienen en aliados de los proxenetas y clientes, ayudando a dignificarlos como hombres de negocios de sexo y consumidores legales.

Tenemos proyectos con "trabajadores del sexo" en muchas partes del mundo, depositando en las mujeres la responsabilidad de negociar con sus clientes el uso del condón, al mismo tiempo que disponemos de cientos de estudios documentando que el poder de negociación de las mujeres para protegerse a si mismas para conseguir que sus clientes masculinos utilicen el condón es extremadamente limitado. Y estos estudios se han realizado con mujeres alejadas de la prostitución. Cuanto menor será el poder de las mujeres prostitutas para negociar con sus clientes la utilización de condones. Además, muchos hombres se niegan a usar condón, los cuales actúan de forma imprudente en su vida sexual, y los que habitualmente contratan prostitutas no actúan así por falta de información acerca de los condones, sino más bien por falta de intimidad, emoción e identidad sexual basada en la igualdad de género y el sentido de la justicia.

Si queremos promover una verdadera igualdad de género para las mujeres prostitutas y eliminar el tráfico, ¿nos debemos cuestionar el mito de que la prostitución es la profesión más antigua?. ¡Proxeneta es la profesión más antigua!.

Así, a menudo escuchamos que la prostitución es inevitable, y que una tolerancia cero referente a ella no es realista. Por eso el foco debe estar en el manejo y regulación de la prostitución, más que en verla toda como violencia contra las mujeres y explotación sexual de las mismas.

No es menos realista trabajar por el fin de la pobreza que hacerlo por el fin de la prostitución. Por ese motivo, ¿por qué no decir que la esclavitud es inevitable porque todavía exista en muchas partes del mundo? ¿Por qué no decimos que nuestra mejor apuesta es regularla? Esto, por supuesto, es lo que ha pasado históricamente en Estados Unidos y Europa durante los debates entre abolicionistas y regulacionistas.

No hay evidencia de que la legalización de la prostitución haga las cosas mejores para las prostitutas. Legalizando la industria del sexo no se termina con la degradación y explotación de las mujeres, ni con el daño, el abuso y la violencia hacia las mujeres que todavía permanecen en una prostitución patrocinada por el estado. Y no hay evidencia de que convertir la prostitución en "trabajo sexual" conlleve igualdad de género.

Las autoridades a menudo saltan al partido ganador de la legalización porque piensan que nada más puede tener éxito. Pero existe una alternativa legal. Mejor que sancionar la prostitución, los estados podrían dirigir la demanda penalizando a los hombres que compran a las mujeres para prostituírlas. Pensando fuera de la caja represiva de la legalización, Suecia ha reconocido que la prostitución es una forma de violencia machista contra mujeres y niños, y ha criminalizado la compra de los servicios sexuales.

Los grupos progubernamentales y los no gubernamentales deberían abogar por un estudio y repetición de la ley sueca. En lugar de dar permiso legal a las profundamente abusivas industrias sexuales, los gobiernos deberían responder a la violencia machista y a la explotación sexual de las mujeres prostitutas demandando legalmente a la prostitución. Escucharán otro orador de Suecia explicando la legislación sueca. Yo simplemente añadiré dos comentarios acerca de la ley sueca.

Los ratios evidentes de tráfico y prostitución en Suecia, comparados con otros países vecinos con condiciones sociales y económicas semejantes, tales como Dinamarca, Finlandia y Noruega donde la compra de los servicios sexuales no está prohibida, es impresionante. Suecia tiene un número muy inferior de mujeres con las que se ha traficado y prostituído, con 400-600 mujeres víctimas de tráfico al año en Suecia. En Dinamarca, 5.500-7.800 mujeres se prostituyen todos los años, 50 por ciento de las cuales se estima que han sido víctimas del tráfico desde fuera del país. En Finlandia, 10.000-15.000 mujeres de Estonia, Letonia y Lituania se prostituyen cada año (Ekberg, 2004, p. 1199).

Segundo, un argumento utilizado hasta la nausea por aquellos que desean criticar la ley sueca es que tiene la consecuencia negativa de dirigir a los suecos fuera, a cualquier otro lugar, para llevar a cabo sus contactos con prostitutas. Junto con el hecho de que no hay evidencia para esta conclusión, sigamos esta lógica en el contexto de un país diferente. Vamos a preguntarnos: ¿la descriminalización de la prostitución de Alemania ha conducido a los alemanes a cualquier otra parte?. Los alemanes contituyen uno de los grupos más grandes de los tours sexuales en Europa y en otras áreas más alejadas. Utilizando la lógica anterior, sería igualmente justo decir que la descriminalización y legalización de la industria de la prostitución lleva a los alemanes fuera de su frontera porque no desean pagar los precios de la industria legalizada, o que desean a las mujeres más exóticas de la Europa del Este. Además, uno puede preguntarse: ¿qué lleva a los alemanes fuera de su país en tan gran número si pueden tener lo que deseen en su propio país?.

Necesitamos desarrollar nuevas formas de promocionar la igualdad de género y defender los derechos de las prostitutas - no la retórica equivocada de que la legalización protegerá a las mujeres. La legalización encierra a la mujer en la prostitución. No existe un proyecto gubernamental de la salida para las mujeres en el Estado de Victoria en Australia, donde se ha legalizado la prostitución, a pesar de que el Acta de Control de la Prostitución de 1994 pidiera su establecimiento (Sullivan, 2004, pp. 161-62). Cuando se legaliza la prostitución, decrece la ayuda a las mujeres para salir de la industria del sexo, porque los gobiernos ya no reconocen esta actividad como un problema, un crimen o violencia contra las mujeres. Cuando se acepta la prostitución como un trabajo normal, no vuelve a verse como algo que las mujeres necesiten abandonar. La percepción de la sociedad acerca de la prostitución cambia porque el público y las autoridades presumen que legalizándola se cuida del abuso. Pero no es así. Solamente convierte el abuso en aceptable como una forma legítima de trabajo. Todo lo que la industria del sexo quiere se transforma en permitido. Y nuevas generaciones de hombres y muchachos piensan que está bien tratar a las mujeres y a las chicas como objetos sexuales e instrumentos.
 
Prostituta. Pedro Sillero López

No podemos reclamar la defensa de la igualdad de género si trabajamos en transformar la explotación sexual de la mujer en un trabajo ordinario. No podemos reclamar la defensa de las prostitutas si no trabajamos para prevenir la prostitución más allá de una simple regulación del riesgo. Debemos defender los derechos de las prostitutas identificando a los proxenetas, a los clientes e interviniendo para prevenir el abuso de las mujeres y el control de la industria de la prostitución. Las mujeres prostituídas y víctimas del tráfico no deberían ser tratadas como criminales o inmigrantes ilegales, sino como víctimas de la violencia y los abusos de los derechos humanos.

Debemos defender la igualdad de género para las prostitutas ayudando a las mujeres a tener el control de su destino. Con el uso de este término, me refiero a la habilidad de las mujeres para tener un efecto sobre sus vidas y su entorno más que para ser controladas por ellos. Me refiero a habilidades prácticas tales como hacer que las cosas funcionen para su beneficio, resolución de problemas, desarrollar estrategias para conseguir que se haga lo que ellas quieren. El subyacente control del propio destino es la capacidad de esperar - esperanza en el futuro- y esperar un futuro diferente de una vida prostituída.




Las imágenes han sido agregadas por mí, no aparecen en el texto original.
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